En la industria del chocolate, pocas cosas desaniman tanto como abrir un producto y encontrar una capa blanquecina en su superficie. Este fenómeno, conocido como fat bloom, no compromete la inocuidad del chocolate, pero sí afecta su apariencia, su textura y, sobre todo, la percepción del consumidor.
En países con climas que varían de templados a tropicales —como México— y cadenas de suministro dominadas por el transporte terrestre, el riesgo de fat bloom aumenta considerablemente debido a las variaciones térmicas.
La buena noticia es que, con los ajustes correctos en la formulación, el proceso y la logística, podemos proteger la experiencia del consumidor incluso en condiciones complejas. En este blog compartimos lo que hemos aprendido, para que cada tableta conserve su brillo y textura.
¿Qué es el fat bloom y cómo se produce?
El fat bloom ocurre cuando los cristales de grasa del chocolate, principalmente triglicéridos de la manteca de cacao, migran a la superficie y se recristalizan generando un aspecto opaco, grisáceo o blanquecino. Aunque no representa riesgos para la salud, reduce el atractivo visual y puede volver el producto inaceptable para la venta.
Highlight: A lo largo de este blog, el término “fat bloom” también puede aparecer como “migración de grasas”, “floración grasa” o, simplemente, “bloom”. Así que no te preocupes si encuentras estos nombres, todos se refieren al mismo fenómeno.
Causas principales:
- Cristalización insuficiente durante el templado.
- Recristalización sin un templado adecuado.
- Inhomogeneidad en el chocolate o en los recubrimientos de sabor a chocolate.
- Diferencias de temperatura entre el chocolate y el relleno.
- Condiciones incorrectas de enfriamiento.
- Migración de grasa.
- Contacto, también conocido como «touch bloom».
- Condiciones de almacenamiento inadecuadas, como la humedad y la temperatura. (Afoakwa, 2010)
Impacto del clima y el almacenamiento en la aparición de fat bloom en Chocolate

El clima afecta directamente al fat bloom, por lo que los cambios bruscos de temperatura —como la exposición a la luz solar—, incluso en chocolate bien temperado, pueden iniciar la migración de las grasas y su recristalización en la superficie (Afoakwa, 2010).
Consejo práctico: se recomienda mantener el producto entre 18–20 °C con una humedad relativa del 40–60%, evitando exposiciones, aunque sean breves, a temperaturas superiores a 25 °C.
Aunque muchos lo asocian únicamente con climas cálidos, el fat bloom puede aparecer en climas fríos, en donde el riesgo disminuye, pero sigue presente si se combinan ciertos factores como ciclos térmicos, problemas de formulación y almacenamiento inadecuados.
En condiciones reales de transporte, cambios drásticos de temperatura son posibles; por ello, el control térmico en la logística es esencial para minimizar fat bloom.
¿Qué parámetros del proceso influyen en la migración de grasas en el chocolate?

En la elaboración de chocolate, varios puntos críticos pueden influir en la aparición de fat bloom.
Puntos clave:
- Microestructura y tamaño de partícula: cuanto más homogénea e integrada sea la distribución de partículas, menor será la movilidad de lípidos y menor el riesgo de floración grasa (Afoakwa, 2010).
- Enfriamiento: se recomienda un enfriamiento gradual y uniforme en túneles o cámaras, evitando un enfriamiento rápido que propicie condiciones propicias para la migración lipídica.
- Atemperado: un proceso inadecuado puede provocar capas mal cristalizadas, lo que aumenta la probabilidad de bloom. Es clave controlar las curvas de cristalización y asegurar la formación predominante de cristales estables.
- Fluctuaciones térmicas: la variación de la temperatura durante la manipulación, el empaque y el almacenamiento es uno de los factores más asociados a la floración grasa.
- Limpieza de moldes: la presencia de restos de chocolate o de agua actúa como núcleos de cristalización no deseados, acelerando el bloom.
- Migración de aceites desde inclusiones: ingredientes con aceites incompatibles, como maní o nuez, pueden provocar que los lípidos migren a la superficie, disolviendo la manteca de cacao y cristalizando al enfriarse. Aumentar el espesor de la cobertura es una estrategia para retrasar este fenómeno.
Recomendaciones en ingredientes y formulación para evitar la floración grasa en el chocolate
Al definir los ingredientes y la formulación de un chocolate, es esencial considerar su aplicación final y cómo se comportará en ella. Esto implica evaluar el uso de grasas compatibles, el control de emulsionantes, la incorporación de barreras contra la migración de lípidos y otros factores clave, como se detalla a continuación:
- La grasa láctea es un recurso común para inhibir el bloom. Sus ácidos grasos de cadena media interactúan con la manteca de cacao y ayudan a frenar la migración de grasa y la formación de fat bloom.
- La interacción entre proteínas, tanto de origen lácteo como vegetal, y los lípidos del cacao puede afectar la cristalización (Afoakwa, 2010), aumentando el riesgo de fat bloom, sobre todo en chocolates con alto contenido proteico, si la fase grasa no se controla y se vuelve inestable.
- Añadir grasas distintas de la manteca de cacao aumentará el riesgo de fat bloom y requerirá declarar el ingrediente adicional en el envase.
- No todas las grasas “conviven” bien. Mezclar grasas incompatibles puede acelerar la floración, especialmente si el producto se expone a altas temperaturas.
- En chocolates rellenos, una capa intermedia (por ejemplo, caramelo) puede actuar como “escudo” entre las grasas incompatibles, como las de frutos secos, y la cobertura de chocolate, reduciendo así la migración de lípidos hacia la superficie.
- Incorporar ingredientes como emulsionantes, agentes de cristalización (seeding agents) o incluso jugos de frutas, pueden ayudar a reducir o inhibir la floración grasa en el chocolate (Toker et al., 2024).
- La floración grasa puede desarrollarse de manera natural tras un periodo prolongado de almacenamiento, generalmente alrededor de los dos años.
¿La combinación de grasas laúricas y manteca de cacao puede provocar la floración de grasa?
La mezcla de manteca de cacao con grasas láuricas —como el aceite de palma o de coco— no genera por sí sola incompatibilidad ni floración grasa. Aunque se podría pensar que sí, porque hace que el atemperado sea más delicado y volátil, lo que podría generar un proceso deficiente y, a su vez, aumentar la probabilidad de que aparezca floración grasa. Por ello, utilizar chocolate real ayuda a disminuir el riesgo al atemperar, ya que su formulación solo contiene manteca de cacao.
Prácticas de empaque y logística para prevenir la migración de grasas en chocolate

El empaquetado y la logística son factores clave para preservar la textura, el sabor y el aspecto del chocolate. El reto para los fabricantes es lograr un equilibrio entre atractivo estético, funcionalidad y sostenibilidad, y complementarlo con una logística capaz de mantener las condiciones óptimas para garantizar la calidad del producto.
Los envases deben proteger frente a factores ambientales, a la vez que cumplen con las expectativas de los consumidores en cuanto a materiales ecológicos y reciclables. El diseño del envase y el transporte son tan importantes como el proceso de fabricación.
Consejos prácticos:
- Utilizar materiales de embalaje que protejan al chocolate de la humedad, la exposición a la luz, oxígeno y olores, ya que estos pueden provocar oxidación, proliferación de grasas y degradación del sabor, reduciendo la vida útil y afectando a la calidad del producto.
- Incorporar empaques en atmósfera modificada (MAP), con barreras multicapa y diseños resistentes a la temperatura para prolongar la vida útil y prevenir el deterioro. Estas soluciones, combinadas con un almacenamiento adecuado y una gestión eficiente de la cadena de suministro, aseguran la integridad sensorial y estructural del chocolate hasta su consumo.
- Utilizar vehículos con control de temperatura, especialmente en climas cálidos, para evitar la fusión de la manteca de cacao, que comienza a partir de 32 °C.
- A medida que suben las temperaturas, aumenta la demanda de control de temperatura en la logística. Es fundamental garantizar un almacenamiento estable que evite las fluctuaciones de temperatura, ya que estas pueden provocar solidificaciones irregulares y, con ello, defectos visuales y sensoriales en el chocolate. Tal como se indicó en el numeral dos, la temperatura debe mantenerse entre 18 °C y 20 °C en un ambiente seco durante todo el proceso logístico, asegurando así la calidad e integridad del producto.
¿Cómo prevenir y corregir el fat bloom en los procesos de manufactura de chocolate?

Prevenir siempre será más rentable que corregir. Por ello, para evitar la aparición de bloom y otros efectos no deseados en el chocolate, es fundamental aplicar las recomendaciones descritas en las secciones anteriores, para controlar de manera coordinada los factores ambientales, de proceso y de formulación.
Consejos prácticos:
- Un chocolate correctamente atemperado puede desarrollar bloom si se expone a cambios bruscos de temperatura, por lo que se recomienda conservarlo entre 18 °C y 20 °C, con una humedad relativa controlada del 40–60 %, evitando, incluso por breves periodos, temperaturas superiores a 25 °C.
- Durante la fabricación, un atemperado preciso que promueva cristales estables, un enfriamiento gradual y uniforme, así como una limpieza rigurosa de los moldes, son medidas esenciales para reducir el riesgo.
- En transporte y almacenamiento, la estabilidad térmica resulta crítica: los ciclos repetidos de calentamiento y enfriamiento favorecen la migración de lípidos y su recristalización en la superficie.
- En cuanto a la formulación, es imprescindible seleccionar grasas compatibles con la manteca de cacao y evitar combinaciones incompatibles, como las grasas láuricas, que aceleran el fenómeno. En chocolates rellenos, el uso de capas intermedias puede actuar como barrera y disminuir la migración lipídica hacia la cobertura.
La prevención se basa en limitar la movilidad de la fase grasa, garantizar una estructura cristalina estable y proteger el producto frente a cualquier fluctuación ambiental que comprometa su calidad sensorial y visual.
Pero si el bloom ya aparece, el reatemperado puede ser una solución, siempre que el producto no se haya contaminado y no tenga inclusiones o rellenos, ya que puede dificultar el reproceso y alterar la calidad del producto final. Se debe fundir el chocolate y pasarlo nuevamente por el ciclo adecuado de cambio de temperaturas (atemperado), y seguir con el proceso de moldeado y enfriado para devolverle una apariencia atractiva y “nueva”.
Sin embargo, es importante verlo como una medida de contingencia, no como un hábito de producción. Cada vez que detectamos un bloom, debemos preguntarnos: ¿por qué ocurrió? Comprender la causa raíz —ya sea una curva de atemperado imprecisa, una formulación con grasas incompatibles o deficiencias en el almacenamiento y el transporte— permitirá corregir el problema de fondo y evitar que se repita.